El juicio de Otilio Montaño
A principios de marzo de 1917, en Buenavista de Cuéllar, estalló una revuelta que desconocía la autoridad del Cuartel General de Tlaltizapán y de su jefe Emiliano Zapata. Este ordenó inmediatamente sofocar el movimiento en su contra, logrando controlarlo el 7 de mayo y el Cuartel General anunció que el sublevado Lorenzo Vázquez había sido ahorcado por traición; al hacerse las aclaraciones los prisioneros acusaron a Montaño de haber sido el Director intelectual de la revuelta, para lo que se presentaron cartas que aseguraron eran de Montaño. Muy cerca de Buenavista capturaron a Otilio Montaño, pero este afirmó ser inocente.Emiliano Zapata pretendió retardar los acontecimientos, pero en esos días se presentaron tantas intrigas y noticias de defecciones que decidió reunir una corte marcial que lo juzgara.
A principios de marzo de 1917, en Buenavista de Cuéllar, estalló una revuelta que desconocía la autoridad del Cuartel General de Tlaltizapán y de su jefe Emiliano Zapata. Este ordenó inmediatamente sofocar el movimiento en su contra, logrando controlarlo el 7 de mayo y el Cuartel General anunció que el sublevado Lorenzo Vázquez había sido ahorcado por traición; al hacerse las aclaraciones los prisioneros acusaron a Montaño de haber sido el Director intelectual de la revuelta, para lo que se presentaron cartas que aseguraron eran de Montaño. Muy cerca de Buenavista capturaron a Otilio Montaño, pero este afirmó ser inocente.Emiliano Zapata pretendió retardar los acontecimientos, pero en esos días se presentaron tantas intrigas y noticias de defecciones que decidió reunir una corte marcial que lo juzgara.
El Consejo de Guerra estuvo formado por el general
Manuel Palafox, el coronel Serafín M. Robles, el licenciado Antonio Díaz Soto y Gama, y otros, actuó como Ministerio Público el general Angel Barrios. El tribunal fue presidido por Palafox que era enemigo de Montaño así como los demás integrantes. Zapata dijo que le perdonaría cualquier delito menos la traición.
Manuel Palafox, el coronel Serafín M. Robles, el licenciado Antonio Díaz Soto y Gama, y otros, actuó como Ministerio Público el general Angel Barrios. El tribunal fue presidido por Palafox que era enemigo de Montaño así como los demás integrantes. Zapata dijo que le perdonaría cualquier delito menos la traición.
El juicio comenzó el 15 de mayo y terminó a la 1 de la mañana del día 18, en que el Tribunal lo declaró culpable. Esa misma mañana Montaño escribió su "Testamento Político" en el que aseguró que, "los políticos que ahora están en el Cuartel General" lo habían hecho caer en una "infame intriga" y que nunca había traicionado el Plan de Ayala que "él mismo había redactado", y que Zapata había tenido "la debilidad de que sus enemigos lo destruyeran" pero que el "pueblo de Morelos le haría justicia"; pidió un sacerdote y le fue negado, firmó su sentencia, formuló una protesta y se despidió de su familia. El mismo día fue ejecutado por un pelotón de fusilamiento en Tlaltizapán.